Esther Martínez: “Antes mis alumnos iban descalzos y sin afeitar a las entrevistas de trabajo”

Miércoles, 15 de julio de 2015 | e6d.es
• Esta psicóloga española ha enseñado habilidades comunicativas y de empresa a los estudiantes de la Escuela Profesional de la Fundación Vicente Ferrer en la India

“¡Se presentaban descalzos a las entrevistas de trabajo!”. Esther Martínez (Albacete, 1987) se sigue sorprendiendo cuando recuerda lo que hacían sus alumnos antes de su llegada. Y es que esta psicóloga ha revolucionado las habilidades comunicativas y de empresa de los 40 chicos matriculados este curso en la Escuela Profesional. Han pasado de ser personas con falta de confianza a serios candidatos a un puesto de trabajo en una multinacional.
El antes y en el después pocas veces ha sido más evidente que en este caso. Esther llegó en marzo a la Escuela Profesional, dentro de un proyecto en común entre la empresa DKV y la Fundación Vicente Ferrer, para ayudar a estudiantes con algún tipo de discapacidad física, con el compromiso de formarles para trabajar en empresas especializadas en la atención al cliente,.
Esther entiende la situación de sus nueve alumnos con discapacidad. Ella ha vivido desde los 6 años con una pérdida auditiva del 98%. Su objetivo final es implementar un programa especializado de habilidades comunicativas, en trabajos como teleoperador para personas con discapacidad. Habilidades transversales como la empatía y la asertividad eran desconocidas para sus estudiantes.
Esther comenzó abordando las habilidades personales de sus alumnos, para así “mejorar la autoestima y el respeto a uno mismo”. Pero el inglés estaba siendo un freno a su evolución ya que el nivel medio del “idioma de los negocios” era por entonces muy bajo.
No había avances, de manera que comenzaron a realizar las prácticas en telugu (lengua local) y el éxito llegó como consecuencia directa. Entre los propios compañeros se corregían sus fallos en comunicación. Practicaban la sonrisa telefónica y el uso de un espejo para mejorar su expresión no verbal. En menos de un mes, los estudiantes habían mejorado su autoestima y sus habilidades comunicativas. “La evolución ha sido muy grande. Unas semanas antes no sonreían, les costaba incluso hablar; ¡ahora poseen una gran confianza en sí mismos!”.
Pero Esther, una persona trabajadora y muy exigente consigo misma, decidió que también se podían trabajar otros aspectos con el resto de estudiantes que no tenían ninguna discapacidad física. Realizar debidamente su curriculum vitae o vestir de forma apropiada para una entrevista eran iniciativas completamente ajenas a sus prioridades. “Estoy reforzando aspectos en estos chicos -procedentes de zonas rurales- que quizá son obvios para nosotros los occidentales, como hacer un curriculum vitae. Pero ellos nunca se han parado a pensar en todo esto”.
“Ahora me emociono cuando aparecen perfectamente arreglados y saben presentarse con confianza en sí mismos. Estoy convencida de que todos están preparados para encontrar un trabajo. Se van a comer el mundo,” asegura Esther.
 
Un centro de referencia para las grandes empresas
Además los antiguos alumnos de la Escuela Profesional abren el paso a los nuevos. “En sus compañías recomiendan a los estudiantes la Escuela Profesional, ¡e incluso las propias empresas ya preguntan por los chicos y chicas que aquí estudian!”.  Ha comenzado un beneficioso boca a boca.
Su motivación es conseguir un buen trabajo en grandes ciudades (Bangalore, Chennai, Hyderabad) para poder enviar dinero a sus familias, humildes agricultores y ganaderos. “Sé de antiguos estudiantes que están viviendo en una sencilla pensión. Cuando yo les pregunté porqué hacían esto me contestaron que querían enviar lo máximo posible a casa, que querían revertir en la sociedad rural”.
Esther apunta que su objetivo es llegar al máximo número de personas. Sus sentimientos se ponen a flor de piel hablando de los chicos y del proyecto que se está desarrollando. “Me quedo con todos los momentos en los que se han superado a sí mismo. Son personas muy agradecidas, vienen con el corazón en la mano. Todo esto te da mucho ánimo para continuar fuera de tu casa y lejos de tu familia”.
A falta de dos meses para que finalice el curso, ya han sido contratados nueve estudiantes. Esta formación dirigida específicamente a su empleabilidad realmente está consiguiendo avances. “Los antiguos alumnos de la Escuela Profesional son trabajadores influyentes en las empresas, ya que éstas cuentan con la cantera del centro para realizar contrataciones. Además, y esto es más importante aún, son personas con conciencia social”.
El Seis Doble | Fundación Vicente Ferrer

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