El aborregamiento de masas en las redes sociales. ¿Tan básicos nos hemos vuelto?

Sábado, 31 de agosto de 2019 | e6d.es
• ¿Podemos prescindir de Facebook o de Twitter sin anestesia?

Entré al bar el otro día, desesperado por la horrible sensación del “mono” de la falta de café y “la caló” asfixiante que puedes sentir al travesar la plaza mayor de mi ciudad, vacía y golpeada por el sol como tan fuerte como lo puede hacer Esautomatix, (ya sabes, el herrero de la aldea de Asterix) después de haber tomado una garrafa de poción mágica (lo que bien pensado no sé si supondría doping hoy en día). El caso es que entré al bar pensando en el cubo de “café del tiempo” que me bebería cuando me encontré a Paco, en la mesa del fondo, con el móvil en la mano y una cara rara, como la de la niña de “El Exorcista”   después de haber sido poseída. Recogí de la barra la bañera de café y me acerqué a su mesa.
Paco me dijo que se acababa de “borrar” del Facebook y del Twitter, así de golpe, sin anestesia. Me extrañó tanto el hecho de que él, que “era alguien” en las redes sociales, se largase por patas que debí poner una cara muy rara, porque sin preguntar nada se puso a explicarme que se largaba, harto del estado de alteración permanente de la gente y que ya no merecía la pena decir nada porque, digas lo que digas, vas a recibir más palos que un estera. Me di cuenta de que, una vez más, tenía razón. Hasta un tweet que puso pidiendo información a las cadenas de supermercados por el asunto de la listeria había recibido la visita de varios “haters”. De verdad, no sé qué nos está pasando pero los ánimos están fuera de sí. Serán los calores del verano, quiero pensar.
No sé qué nos están haciendo cuando a base de bombardeo puro y simple están consiguiendo cambiar nuestros propios razonamientos por algo teledirigido que nos convierte en zombies en manos de vete a saber que Bokor dispuestos a lanzarse en tromba para linchar al que se tercie. De eso tuvimos una buena ración en el caso de Open Arms en el que vimos como por arte de magia una ONG pasaba de ser aplaudida a ser considerada poco menos que el hijo pequeño por parte de madre del primo de Belcebú. Nos están lavando la cabeza y no nos estamos dando ni cuenta. Nos transforman en irracionales y nosotros encima les aplaudimos.
La táctica es la de siempre, la de impedir que usemos la cabeza y si es posible conseguir que se nos vaya atrofiando por desuso. Se coge un tema que quieres “reconducir” se suelta una legión de troles que bombardeen día y noche con tweets envueltos con un halo de falsa verdad irrefutable, simples pero contundentes. Así hasta que ves que están calando a base de RT y TT, entonces sueltas la pregunta, como quien no quiere la cosa, ¿A favor o en contra? ¿Sí o no?, Así, cerrada, como un examen tipo test de los que tantas pestes echaba. Lo hacen así, no vaya a ser que puedas argumentar algo. Es el eterno o estás conmigo o contra mí. Es la alienación y el aborregamiento de masas hecho tweet. Lo saben, lo controlan como nadie y los vuelve peligrosos porque nos hunden en la masa sin razón y los que no piensan son muy fáciles de conducir, mira por dónde.
Yo no sé tú, pero yo cada vez estoy más harto de que por este mundillo todo sea A o B, blanco o negro y se tenga que decidir sobre la marcha entre ello, sin posibilidad de justificación. Me horrorizó el incendio de Notre Dame como me horroriza el del Amazonas.  Parece que ya no somos capaces de sensibilizarnos por más de una cosa sin tener que odiar otra ¿Porqué hemos perdido la capacidad de raciocinio y nos hemos quedado en el  “tipo test” cerebral? ¿Tan básicos nos hemos vuelto? ¿O, tan básicos nos HAN vuelto? Igual deberíamos pararnos a pensar a donde nos están llevando.


Salva Colecha
 
* Salva Colecha es colaborador de El Seis Doble. Su espacio, aquí.
* Salva Colecha es autor del blog "
En zapatillas de andar por casa".