‘El abecedario de Julio Cortázar’ en el día de su centenario
Uno de los más grandes escritores en español del siglo XX con una trayectoria al alcance de unos pocos
Julio Cortázar nació accidentalmente en Bruselas en 1914 y murió en París en 1984 sin haber cumplido los 70. Este año se cumple el 30 aniversario de su muerte (12 de febrero) y el centenario de su nacimiento (26 de agosto) y los homenajes al escritor argentino se suceden en todo el mundo. Pero, uno de los acontecimientos literarios más importantes ha sido la publicación de «Cortázar de la A a la Z. Un álbum biográfico» (Alfaguara), un excepcional libro editado por la viuda de Cortázar, Aurora Bernárdez, y Carles Garriga que recoge abundante material gráfico en diálogo con textos del autor argentino.
Pero, además de los poemas, entre esas «ingeniosidades» hay frases, proyectos para cuentos e, incluso, anotaciones que el autor hacía cuando se despertaba en mitad de un sueño. «La vida onírica de Cortázar es apasionante. Era un tipo que soñaba mucho. Aurora también, y por la mañana se contaban los sueños y él lo anotaba». De hecho, según cuenta Álvarez Garriga, una de las últimas frases del escritor en el hospital, poco antes de morir, fue: «Voy a bajar a la ciudad». La ciudad a la que Cortázar se refería era la que tantas veces había soñado y ya era capaz hasta de dibujar.
«Lo que creo que hace muy particular el libro es que se ve a un Cortázar doméstico. Lo vemos con su familia, con su abuela, con su madre, con sus dos esposas, con sus amigos (Buñuel, Alberti, García Márquez, Carlos Fuentes...), pero también los lugares a los que viajó». De ahí que una de las grandes dificultades en la elaboración haya sido encontrar una ilustración para cada texto, y viceversa.
Así, al llegar al epígrafe «Gabo» encontramos tres fotografías de Cortázar y García Márquez en actitud cómica y descubrimos la fascinación que, desde el primer momento, el argentino experimentó hacia «Cien años de soledad». «En 1967 le llega el mecanuscrito y lo lee fascinado en cinco días. Durante esos días, Aurora y él iban a comer al bar porque nadie quería cocinar para no perder el tiempo». La autora de este texto es Inés Martín Rodrigo. Leer noticia completa y ver hilo de debate en abc.es.
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