Babia, un lugar para estar de reyes... y de vasallos

Lunes, 17 de noviembre de 2014 | e6d.es
• Dos historias muy distintas explican el origen de esta expresión popular que describe al distraído o embobado



«¿Que por qué se dice estar en Babia cuando se está como ausente o ajeno a lo que sucede en torno?», se preguntaba Víctor de la Serna antes de explicar el posible origen de esta popular expresión en su reportaje «Un corresponsal en Babia» publicado el el 29 de julio de 1953 en ABC.
De la Serna, que había viajado a este valle leonés que linda con Asturias, explicaba que «los Reyes de León gustaban, como gente fina que era, de pasar largas temporadas de verano en Babia».
Babia «era una región placentera, bien abastada, bien comunicada, guardada por gente pacífica e hidalga, leal al Rey y, entonces, con buenos cazaderos de oso, corzos y jabalíes» por lo que «Ordoños, Ramiros, Alfonsos y Fernandos se encerraban en Babia muchas veces, huyendo de las intrigas de la Corte y de las ambiciones de nobles y prelados empeñados en instaurar la modalidad feudal».
«A veces, los fieles súbditos leoneses echaban de menos a su Monarca, ausente, mientras los nobles intrigaban. "El Rey está en Babia", repetían. Y con esto daban a entender que Su Alteza no quería saber nada de nada», continuaba el corresponsal en Babia que finalizaba asegurando que «desde entonces, "estar en Babia" se dice de un estado psicológico que está entre el "dolce far niente" y el "no quiero saber nada"».
La misma versión recogía el académico José María Pemán en la Tercera de ABC que publicó el 2 de febrero de 1960. «En los montes de León, cerca de Murias de Paredes, hay un valle, recoleto y verdoso, que se llama Babia. Era un espléndido cazadero y los reyes de León gustaban mucho de ir a él para ejercitarse en el sano deporte de cacería», explicaba Pemán antes de resaltar cómo a la gente llana le disgusta que los reyes, señores o gobernantes se vayan de cacería. «Querrían que estuvieran siempre cazando leyes, decretos y genialidades sin comprender que muchas veces es bastante más práctico e inofensivo que cacen perdices», ironizaba el escritor y asiduo articulista. Al viejo pueblo medieval leonés, cuando reclamaba al Rey en un difícil momento, se le contestaba a menudo que «el Rey está en Babia» y «la locución quedó como fórmula de desentendimiento e inhibición de funciones». La autora de este texto es Mónica Azurralaga. Leer artículo completo y ver hilo de debate en abc.es.