Sancho tuvo una sola preocupación a lo largo de su camino con don Quijote: comer. Su menú eran ajos, pan, cebolla, cecina y, con suerte, un poco de queso, ni una simple tortilla de patatas ni un humilde gazpacho.
¿Sabes que puedes leer la primera edición de El Quijote? Está digitalizada y publicada por la Biblioteca Nacional .