La Ribera apenas ha construido 200 pisos de los 60.000 que se proyectaron hace 8 años

Lunes, 6 de mayo de 2013 | e6d.es
• La crisis, los pronunciamientos judiciales o la propia Comisión Territorial de Urbanismo han paralizado las macrourbanizaciones de Guadassuar, Alzira, Antella, Carcaixent, Benimuslem, Montserrat o Cullera
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La empresa que impulsaba una macrourbanización con 3.000 viviendas y un campo de golf en Alzira está en liquidación. La Conselleria de Territorio ha forzado la retirada de megaproyectos como el PAI con 6.000 viviendas del Molí Pinet o Pi Redó de Guadassuar, ha desmontado el plan urbanístico de Antella de 6.500 viviendas y ha cuestionado el modelo de urbanizaciones dispersas diseñado por Alzira en la revisión del Plan General. El Tribunal Supremo ha anulado el complejo de 420.000 metros cuadrados que proyectaba el Ayuntamiento de Carcaixent en La Bossarta, con 236 viviendas, mientras el Tribunal Superior de Justicia ha condenado al Ayuntamiento de Llaurí a indemnizar con 190.000 euros a la promotora de un PAI industrial a pesar de que fueron los propios tribunales los que anularon el proyecto.
Son los coletazos del pinchazo de la burbuja inmobiliaria en la Ribera, donde la vorágine desatada a mediados de la década anterior provocó que se proyectaran áreas residenciales con capacidad para más de 60.000 viviendas de las que, ocho años después, prácticamente no se ha construido nada.
El desarrollo del sector Tulell en Alzira puede considerarse una excepción, si bien no se trata de uno de los PAIs que se precipitaron en el año 2005 para eludir el cambio de normativa urbanística, de la LRAU a la LUV, sino de una ampliación del núcleo urbano. En el sector se diseñaron torres de 25 alturas, en una superficie de 422.000 metros cuadrados donde caben 7.000 viviendas. Las obras se iniciaron pero la crisis lo frenó de golpe y sólo se han construido tres bloques con alrededor de 210 pisos. Todos los rascacielos -nueve de hasta 25 alturas y uno de treinta- han quedado aparcados.
Por otro lado, el promotor del PAI de 1.500 viviendas en Benimuslem sí llegó a iniciar las obras antes del "boom" inmobiliario, que el ayuntamiento incorporó al PGOU en 2006. El plan generaba suelo para 300 viviendas lo que suponía un crecimiento que multiplicaba por cinco las casas del casco urbano. La promotora topó con una resolución del Tribunal Superior de Justicia, que suspendió la aprobación del PGOU al considerar que no se había acreditado la disponibilidad de agua.
Otro proyecto en disposición de iniciar las obras es el de Vertix XXI que proyecta una urbanizacón de 1.200 viviendas y un campo de golf entre los términos de Montserrat, Picassent y Torrent. Fue aprobado en la anterior legislatura por la Comisión Territorial de Urbanismo condicionado a un problema del agua "de muy poca envergadura". Pero desde 2011 los promotores ni han movido ficha.
En Cullera, la tramitación de los PAI del Marenyet y el Brosquil, situados en el margen derecho del Xúquer y que prevén la construcción de unas 14.000 viviendas y campos de golf, está siendo más lenta. La urbanización se fraguó en pleno "boom" del ladrillo. El 30 de diciembre de 2005, dos días antes de que entrara en vigor la Ley Urbanística Valenciana (LUV), el PP y UV aprobaron "in extremis" los dos programas. La nueva ley endurecía las condiciones de urbanización y, de este modo, el alcalde, Ernesto Sanjuán (PP), hizo perder a Cullera la posibilidad de ser compensada con 9,5 millones de metros de suelo protegido por las reclasificaciones del Marenyet y el Brosquil, informa Pepi Bohigues. Lo último que se conoce de estos planes urbanísticos es que, a finales de 2008, Cullera estaba preparando toda la documentación para remitirla a la Conselleria de Urbanismo.
Por el camino se han quedado otros proyectos como el planteado por el Ayuntamiento de Guadassuar para una área residencial con 6.000 viviendas y dos campos de golf en la partida del Pi Redó.  P.F.  Leer noticia completa en Levante-EMV