Incluso con la debacle comercial sufrida por el sector en los últimos años con motivo de la crisis económica que afecta a España, la industria del automóvil goza de buena salud en nuestro país y es uno de los pocos motivos que tenemos para sacar pecho en Europa. Ford es una de las marcas que más ha contribuido a este desarrollo industrial que nos sitúa a la cabeza del continente, únicamente superados en volumen por Alemania, con un panorama muy prometedor para la fábrica de Almussafes en la que ya se fabrican el Ford C-MAX y el Ford Kuga, muy pronto los modelos Mondeo, S-Max y Galaxy que hasta ahora se fabricaban en Genk (Bélgica) y, tal y como se confirmaba esta semana, también la nueva Transit.
El modelo Ford Transit Connect iniciará su producción en septiembre y facilitará la creación de 800 puestos de trabajo directos para engrosar las plantillas de las líneas de pintura, carrocería, estampación y montaje, que completarán el ensamblado de la Transit.
Para llegar a una situación como esta, en la que Ford cierra fábricas como la de Genk en Bélgica e invierte para aumentar las instalaciones de otras como la de Almussafes en Valencia, no solo ha sido necesario demostrar la rentabilidad de producir en España (por varias razones, empezando por los salarios que garantizan un menor coste de producción) sino también apoyarse en importantes inversiones estatales. El apoyo de la Administración pública española ha sido vital para que se cerrase en España la adjudicación de modelos tan importantes como este.
Haciendo cuentas, Ford España ha recibido más de 214 millones de euros en inversiones públicas desde el año 2007. En este caso la producción del Ford Transit Connect llegará acompañada de otros 25,2 millones de euros de las arcas del Estado.  Leer noticia completa en diariomotor.com