'La Moreneta' vuelve a hombros a su santuario

Alzira, un año más, mostró su devoción por la Virgen del Lluch

La Solemne Procesión General puso ayer punto y final a las fiestas en honor a la patrona de Alzira, la Virgen del Lluch.
Se celebró la Solemne Eucaristía, que fue presidida por el vicario episcopal Luis Miguel Molina Mestre, acompañado de los sacerdotes de las parroquias de la ciudad. Al finalizar la misa, tuvo lugar la procesión que partió desde la iglesia de Santa Catalina y se desarrolló por su itinerario habitual.
Durante la marcha, se escucharon cantos a la Virgen, a la que acompañaron en su traslado la cruz procesional, entidades y asociaciones religiosas, Junta Coordinadora de Fiestas de Barrios y Partidas, Junta de Hermandades y Cofradías de la Semana Santa con sus clavarios mayores, la Asociació Cultural Moros i Cristians "la Vila d'Alzira", comisiones falleras y Junta Local Fallera con las falleras mayores de la ciudad, damas y camareras de la Virgen, clero, invitados, Pontificia Archicofradía de los Santos Patronos, junta directiva de la Real Cofradía, autoridades y Corporación Municipal, un gran número de fieles y, cerrando la procesión, la Banda Sinfónica de la Sociedad Musical de Alzira.
Desde la Plaza de Cartonajes, continuando en romería, 80 porteadores llevaron a hombros a la Virgen hasta la puerta del Santuario, finalizando con el canto de los Gozos y la Despedida. Muchos fieles subieron al camarín a besar a "La Moreneta".
Las fiestas en honor a la Virgen del Lluch comenzaron el pasado fin de semana con la bajada de la patrona desde el santuario hasta la parroquia de Nuestra Señora del Lluch de Alzira. Igualmente, la imagen fue trasladada a la parroquia de La Encarnación el pasado domingo ya que cada año, de modo alterno, la patrona permanece en una parroquia de la localidad en el transcurso de la semana de las fiestas.
La imagen de la Virgen del Lluch fue descubierta, según la tradición, por un pastor que la vio flotando en el río Júcar entre finales del siglo XVI y principios del siglo XVII, “ya que la primera fecha de la presencia de la ermita en honor a la Mare de Déu es del año 1609, según consta en los archivos municipales”, ha indicado Ramón Martín. “Cada año se recuerda el hallazgo con la representación de “la troballa de la Mare de Déu” por un grupo de niños junto a las murallas de Alzira”.
La imagen actual, que reproduce la original, es un alto relieve de medio metro de longitud que representa una Virgen negra con el niño.