La agricultura tiene poco peso y supone menos votos de los que se pueden obtener a base de pan y circo

   Anteayer leí en este mismo diario un artículo de Bernardo Ferrer, vicepresidente AVA-Asaja, que llevaba por título “Los agricultores no existen para el Ayuntamiento de Alzira”.
Voy a ser un poco irónico y atrevido con una propuesta para AVA-Asaja; si quieren tener apoyo del Ayuntamiento de Alzira no tienen más que constituirse como asociación fallera y, así, los socios de la Asociación Valenciana de Agricultores seguro que además de poder premiar al "Llaurador amb millor indumentària", con cargo al presupuesto municipal, y de organizar el "Mig Any Taronger" subvencionado por el Consistorio, podrán contar con la presencia de los miembros que hagan falta de la policía local, que gracias al tesón de los políticos están especializándose en coordinación y organización de sistemas de vigilancia y protección de actividades lúdicas. Si la concejala de Policía Local Sara Garés quisiera ayudar en las tareas de control de las actividades ilegales de las que se quejan los agricultores, seguro que encontraba la fórmula para contribuir con la experiencia y profesionalidad de este cuerpo, a atajar los robos.
Como siempre, se trata de voluntad política, y me da igual de quien tenga las competencias, ¿o es que si la policía local es sabedora de un delito, o lo ve en primera persona, solo lo debe intentar detener si es de su competencia?
La voluntad política de hacer es directamente proporcional al número de votos que se pueden obtener con algunas prebendas. Y la agricultura, por desgracia, año a año va teniendo menos peso y supone menos votos de los que se pueden obtener a base de pan y circo.         

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