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En recuerdo de Ximo Briz

"Espero que hayas logrado ese último objetivo que planeaste, el de morir en paz..."

Hace unos días recibí la noticia a través de las redes sociales: Ximo Briz, con tan solo 53 años, nos dejaba. Es imposible expresar el dolor que hemos sentido su familia y sus amigos, y estoy seguro que esta pérdida también ha sido sentida por gente que lo había tratado menos, o que solo sabía de él por alguna de sus escritos, o por su actividad en la Schola Cantorum.
Pude hablar con él el pasado 28 de mayo por última vez. Todos recordamos al Ximo que disfrutaba de las fallas, de las comidas de los amigos, aquel Ximo que conocía el Arte de Vivir. Pero en aquella última conversación, creía que su fallecimiento podría estar muy próximo, y me dijo que quería prepararse para morir como un buen católico.
Tengo la seguridad de que a Ximo le hubiera gustado mucho que alguien realizara un escrito, en el que se plasmara todo lo que hizo, sobre todo en el campo de investigación Historiográfica, que mostrara aquellas cosas que pudo aportar a la Sociedad con sus trabajos.
Sería una osadía por mi parte, resumir toda la vida y obra de Ximo en una sola hoja. Casi tanta osadía como tratar de escribir un libro que reivindicase su obra. Alguien tendrá que hacer este trabajo en el futuro.

Música y liturgia
Lo primero que tengo que destacar, porque creo que es lo más importante que hizo, fue su aportación a la dignificación de la música en la liturgia, y los trabajos que realizó comprando órganos en el extranjero. Órganos que desmontaba, y volvía a montar en un nuevo destino, realizando no en pocos casos reparaciones más o menos complicadas.
Trabajó por la música litúrgica, y en la recuperación de una Música que jamás debió de ser abandonada. En Alberic y en otros muchos lugares de Valencia, donde acudió con la Schola como cantor, o donde montó, como ya he dicho, algún órgano traído del extranjero. Y esto es una labor que pocos pueden reivindicar para sí. Una labor que espero que otros sigan...
La llegada a Alberic del sacerdote don Jesús Rodríguez, y el amor que éste sentía por la música, hizo que mucha gente comenzara a pensar que tal vez pudiera ser posible otro tipo de música en la Liturgia: la estancia de don Jesús fue muy breve pero dejaría su impronta. Y en el futuro habría ocasión para recuperar este tipo de música. Incluso de alguna que iba más allá de la Polifonía, y que llevaba demasiados años abandonada (el Canto Gregoriano). Pero no adelantemos acontecimientos, y vayamos ahora a un escenario algo más alejado de Alberic.
En los años ochenta, un entonces joven estudiante de música y un compositor de música contemporánea (Batiste Diaz y Josep Lluis Berenguer respectivamente), abandonaban sus proyectos musicales para hacer algo que muchos hubieran calificado como una quimera: Un taller de organería en la localidad de Torrent. Teníamos noticias de ello a través de la revista Cabanilles, que nos llegaba a la Biblioteca Municipal. Pero todavía tardarían en coincidir con Ximo.
Un encuentro que fue bastante reciente en el tiempo. Sé que la ocasión vino propiciada por un clavicordio que parecía rebelarse contra los planos sobre los que estaba proyectado y contra los que trataban de construirlo. Aquel “clavicordio imposible” llevó a Ximo a un campo que tal vez no imaginaba iba a llegar algún día: La Organería.
También propició que Batiste, se hiciera asiduo visitante de nuesto pueblo. Y que Batiste y Ximo participasen en diversas actividades de divulgación entorno al órgano. En un primer momento, con charlas como la realizada en el año 2006 en el Convent d´Alberic. Y posteriormente, con una reconstrucción sobre cómo podría ser el órgano que había en Sant Llorenç d´Alberic, que fue destruido en 1936, y del que existían referencias sobre pagos, pero no se conservaba el documento notarial, que se solía hacer al formalizar el contrato para construir el órgano y que contenía las características del mismo. Dicho artículo fue publicado en el libro de las festeras de la “Mare de Déu d´Agost” del año 2006. Este artículo fue publicado a instancias de Ximo y escrito por Batiste. Yo soy bastante ambicioso, y aunque considero muy positivo que se publicara esta hipotética reconstrucción, me gustaría que pudiera aparece el documento original, ahora perdido, del notario Nicolás Blasco Novell.
Este encuentro con Batiste, amigo que también nos dejó muy pronto, llevó en un primer momento, a la colaboración de Ximo en el montaje del órgano de la Basílica Menor de Algemesí, y en otras obras, en las que se neceesitaba mano de obra experta.
Tras esas colaboraciones, Ximo decidió formarse e informarse todo lo que pudo sobre la Organería. Y empezó un trabajo que ya se estaba realizando en muchos lugares de Europa, pero que aquí todavía no se estaba llevando a cabo: la compra de instrumentos que, o bien por haber quedado desfasados por estar realizados en tiempo de postguerra con materiales de mala calidad, o bien por el cierre que muchos templos han sufrido en muchas partes de Europa, o por otras causas más peregrinas, quedaban fuera de servicio.
Ximo fue más allá de lo que haría un oficial de organería: No solo desmontó y volvió a montar un numeroso grupo de órganos, comprados en el extranjero; llegado el caso alguno de estos instrumentos fueron transformados completamente, pues recuerdo que uno de ellos, era un órgano “sin caja”, dispuesto en el desván de una casa. Un órgano al que tuvo que dedicar mucho tiempo, no solo creando una fachada que lo contuviera, sino incluso cambiando su circuitos electromagnéticos para que pudiera ser usado de nuevo.
Creo que Ximo, de haber vivido en otra época más propicia, hubiera terminado formándose como organero, y habría construido órganos “de Novo”. Sin embargo, creo que permitir que gente sin recursos pudiera acceder a un órgano, fue una excelente iniciativa.
Es importante señalar algunos de los logros que alcanzó Ximo con su actividad de compra-venta de órganos. El primero de ellos, y el que yo tengo que destacar como más emotivo para mí, fue el regreso del órgano de tubos a Alberic. A mí me hubiera gustado que Alberic tuviera un órgano como el que se hizo para Quart de Poblet, pues lo tengo como un modelo posible para parroquias de cierta importancia, y Alberic podría haber aspirado a tener uno similar para Sant Llorenç. Pero aun habiendo espacios para albergar tan gran órgano, éstos están destruidos.
El órgano que desde hace pocos años, está presente en Sant Llorenç, es de menores dimensiones de las que yo hubiera deseado para Sant Llorenç, pero que acompaña muy bien a la Schola Cantorum en sus misas. Y es un instrumento, que por si mismo, puede brillar sin acompañamiento coral, en aquellos tiempos litúrgicos en los que el uso del órgano no está limitado, y salva todos los obstáculos que están presentes en la actualidad en Sant Llorenç. He podido escuchar sonar al órgano en pocas ocasiones, pero lo que he podido oír me ha satisfecho plenamente. Y si antes cité que le haber dado la luz al archivo fotográfico de don Arcadio Carpi, ya lo hacía merecedor de nuestra admiración, el haber devuelto el órgano a Alberic, es otro por el que podemos dar las gracias a Ximo por segunda vez.
Siguiendo con el Mundo del Órgano, uno de los periodos más felices de la vida de Ximo, fue propiciado por la adquisición, desmontaje, adaptación y montaje del órgano que hoy está en el monasterio del Santo Espíritu de Gilet (Valencia).
Podría haber sido un encargo más, pero resultó ser uno muy especial, que le permitió descubrir una comunidad de religiosos muy activa. Ximo encontró entre estos franciscanos una calidez que es muy difícil de expresar. Durante algún tiempo creí que Ximo podía acabar por entrar en este convento como hermano. Tuve la fortuna de asistir a la Bendición de ese órgano que montó Ximo, y de filmar parte de la bendición del instrumento. No pude hacer otra cosa que escuchar al Padre Guardián, durante la bendición, y en una posterior homilía, en la misa que siguió a la bendición, y observar la comunidad fanciscana en aquella jornada. Una comunidad bastante numerosa para lo que suele ser habitual en nuestros días, y en la que ciertamente había muchos hermanos procedentes de Hispanoamérica, pero en la que ciertamente no faltaban los nacidos en España.

Escritos
Alguno al leer esto tal vez exclame ¿Pero no era Ximo un licenciado en Historia y Geografia? ¿No son dignos de ser destacados, tanto su libro sobre la Parroquia de Sant Llorenç (“Arte y música en la parroquia de Sant LLorenç d'Alberic siglos XVII y XVIII” año 1997, escrito junto a don Andrés de Sales Ferri), como sus descubrimientos de una calzada romana y otros restos romanos, en el término de Alberic?¿ No son dignos de ser remarcados sus trabajos sobre el palacio de Alcocer y el descubrimiento de los planos del mismo?¿Dejaremos de lado su gran tarea, divulgando el archivo fotográfico de don Arcadio Carpi. Un trabajo que de por sí, hubiera merecido un gran reconocimiento, incluso sin tener otros trabajos? ¿Su descripción de la Lonja de Alberic?¿Y los diversos artículos que escribió a lo largo de su vida? ...
Por supuesto, todos estos trabajos que citamos de manera tan rápida, y otros que somos incapaces de recordar en estos momentos, merecen todo nuestro reconocimiento. Y tal vez merecerían una mayor divulgación, pues desde que obtuvo su licenciatura hasta hoy en día, han pasado tantos años que muchos tal vez no tengan acceso a sus escritos más antiguos.

Restauración
Tras obtener su Licenciatura, todo el mundo hubiera esperado que Ximo optase por una plaza de profesor de Historia y Geografía, en algún instituto. Durante los años 80 y 90 no era fácil aprobar una oposición para ser profesor “de letras”. Muchos de nosotros estamos convencidos de que no hubiera sido algo imposible para Ximo. Sin embargo, él parecía más inclinado a realizar investigaciones en archivos, a realizar sus restauraciones. Y a seguir su trabajo como agricultor.
En cuanto a sus restauraciones, recuerdo muchos de estos trabajos. Un reloj antiguo, que muchos relojeros no sabían reparar fue puesto rápidamente en funcionamiento por Ximo. Digno de ser remarcada su labor de diseño y construcción de nuevos relojes de sol. Unos relojes a los que en no pocas ocasiones, siguiendo la tradición, acompañó con alguna frase en latín.

Mis colaboraciones con él y más sobre órganos y música sacra
Creo que es de justicia agradecer a dicha comunidad, no solo el haberle propiciado un trabajo que le ocupó bastante tiempo, sino el haberle ofrecido una atención y una hospitalidad tan notables. Ximo no se hizo finalmente hermano franciscano, como pude pensar que se haría, cuando conversaba con él, y ha sido finalmente la Muerte el que me ha privado de Ximo, y no una comunidad, a la que sin duda hay que felicitar por hacer las cosas bien (sus frutos lo demuestran), y a la que deseo todo lo mejor, en ese activo retiro que llevan a cabo en Gilet.
Mi lejanía de Alberic me ha impedido estar con Ximo todo lo que me hubiera gustado. Pero mi profesión me llevó a Palma de Mallorca. Y desde Palma de Mallorca, tuve oportunidad de colaborar con él en dos ocasiones. Hubo una tercera en la que no pude participar, pero que daré a conocer en este escrito.
En la primera de ellas, colaboré con Ximo buscando un raro libro en la Biblioteca de la Plaça de la Porta de Santa Catalina. El libro fue encontrado (imposible no hacerlo con la referencia que me envió por correo), y atenazado por la responsabilidad de manejar tan raro ejemplar, hice una serie de fotografías de uno de los capítulos de dicho libro, que envié una vez terminada.
La segunda vez que pude colaborar con él, le acompañé desde el puerto de Palma hasta Petra, en concreto al convento de San Bernardino, donde realizó un trabajo de catalogación para la orden. Por motivos de trabajo no pude acompañarle mucho tiempo, pero al menos pude conocer por dentro un convento en el que no había entrado, y disfrutar del recuerdo del que hoy en día es San Junípero Serra, viendo las bellezas del templo que aquel santo varón vio en su niñez y juventud.
Hay un tercer episodio en el que no pude intervenir, y que es digno de ser remarcado: La salvación de un órgano en Porreres. En esta localidad mallorquina, existe una comunidad oratoriana. El oratorio de dicha localidad fue fundado a caballo de los siglos XIX y XX. Dicha comunidad fue bastante próspera, hasta que los vientos del Concilio soplaron cual huracanes, y dicho convento se quedó sin relevo generacional, y tuvo que ser cerrado durante muchos años, y sus ancianos hermanos, trasladados a Palma de Mallorca, para ser cuidados por otros hermanos, por los achaques causados por su avanzada edad.
La llegada del Padre Novella, a las puertas del siglo XXI, hizo renacer la comunidad oratoriana en Porreres. Los trabajos que tuvo y que hoy en día, todavía tiene que realizar don Francesc fueron arduos, pero se van viendo ya sus frutos. Solventados los problemas más urgentes de un templo que se había convertido en una gigantesca gotera en los años en los que permaneció cerrado, pudo centrar la atención en el órgano, construido y bendecido en 1917.
Antes de que la vocación religiosa “arrollase” a Francesc Novella, y trastocase totalmente sus planes de vida, éste había realizado estudios en el Conservatorio, y había obtenido su titulación como cantor con las máximas calificaciones. Con ello, la música y el órgano no podían pasar desapercibidos para don Francesc, una vez realizadas las obras para consolidar el templo.
Pero el órgano aparecía con un aspecto muy deteriorado, con una voz suficiente para llenar de música el templo cuando se intentaba ponerlo en marcha. Dado que el órgano parecía que iba a acabar sus días desguazado, y que un instrumento litúrgico iba a sustituirlo sin que nadie lo pudiera remediar, puse en contacto a ambos, para ver si los tubos, cuanto menos los tubos, podían servir para hacer un órgano en otro lugar o como recambios de otros instrumentos.
La visita de Ximo a Porreres, al que ya dije, no pude acompañar en aquella ocasión, permitió ver que el órgano podría ser salvado, mediante unas reparaciones no demasiado costosas, y con la instalación de un motor-ventilador . Ximo no pudo afrontar esta tarea, pero le dejó explicado al padre Novella los pasos a seguir. Las consultas que posteriormente realizó el padre oratoriano con diversos organistas, ratificaron lo afirmado por Ximo. Las reparaciones sugeridas por nuestro amigo fueron tenidas en cuenta, e incluso se plantearon otras que iban más allá de lo que Ximo sugirió.
Ciertamente el órgano del Oratorio no será un instrumento para dar conciertos, pero en un futuro próximo, ayudará a acompañar las misas más solemnes, y a recuperar cosas que no se debían haber perdido tras el Concilio Vaticano II, y que como no fueron pedidas en dicho concilio, no procede seguir siendo postergadas.
Y es que tras la llegada al papado de Benedicto XVI, se han empezado a revalorizar muchas de las cosas que habían sido abandonadas, en el campo de la música litúrgica.
Sería interesante que alguien contara más detalles del surgimiento de la Schola Cantorum d´Alberic. Supongo que sin proponérselo el hecho de que diferentes documentos que muchos hubieran preferido que permanecieran ocultos, empezaran a estar accesibles para cualquiera que tuviera un ordenador, en cualquier parte del mundo, hizo que fueran posibles muchos cambios en muchos lugares… y que éstos vayan a ser más permanentes de lo que se a muchos les gustaría.
Como ya se dijo, Benedicto XVI hizo que, en todo el Mundo, fuera surgiendo un Nuevo Movimiento Litúrgico. Ximo encabezó a un grupo de gente en este empeño en nuestro querido Alberic, igual que en otras partes, otros grupos han realizado actividades similares en esta dirección.
La Schola Cantorum del pueblo, ha participado con sus cantos, en numerosas misas, tanto en Alberic como en pueblos cercanos. En algunos caso, no quedó más remedio que usar un órgano electrónico, pero en otros como en la misa de acción de gracia por el 725 aniversario de la Carta Puebla de Montesa, con el acompañamiento del órgano y de un gran organista. Creo que esta ocasión de Montesa será recordada durante mucho tiempo, por la brillantez con la que se desarrollaron los actos religiosos. Por supuesto, en cada sitio donde ha estado La Schola Cantorum y donde Ximo ha estado, o haciendo de cantor o incluso de director de la agrupación, guardarán un buen recuerdo de este aspecto de su vida.
En última instancia, creemos que Ximo, junto a don Francisco de Sales Ferrri, nos aportó una rica información sobre la música en el templo de Alberic en siglos pasados. Pero habrá que destacar que Ximo se ha ganado un lugar en la Historiografía… como protagonista de una parte de nuestra historia, que nada tiene que envidiar a la que aparecía en aquel libro.

Algunas cosas que quedaron pendientes
No puedo ir mucho más allá de lo que he escrito, y hay muchas cosas que quedan por decir de él. Ahora toca escribir los pasos que nos tocaría dar para seguir la Obra de Ximo.
El primero de ellos, la bendición del órgano. Una de las cosas que más lamento es que el órgano no haya recibido la visita de alguno de nuestros obispos auxiliares o incluso del propio arzobispo, para bendecirlo solemnemente. Es verdad que esto no ha impedido su uso, pero creo que es una situación más bien indeseable, por causas en las que ahora no quiero entrar. Y aunque llegue tarde para Ximo, creo que no debemos posponerla más.
El segundo de ellos, el gran proyecto que quedó frustrado, dentro de la Schola: el coro de niños. Creo personalmente, que tal vez el mejor homenaje que podríamos hacer a Ximo, es volver a poner en marcha el coro infantil. No es una tarea fácil, pues posiblemente no tenemos los recursos humanos que tal proyecto requiere, pero creo que debemos anotarlo en nuestra agenda, en lugar preferente.

In memoriam
Llego ya al final del texto. He disfrutado de más de 35 años de amistad con Ximo. He disfrutado con su actividad como investigador, restaurador, cantor, divulgador... Son muchos años, pero a mí me parecen pocos.
Espero que hayas logrado ese último objetivo que planeaste, el de morir en paz y espero que estés disfrutando del Paraíso.
Todos tus amigos y tu familia, como no puede ser de otra manera, te recordaremos siempre.

Eduardo Martínez Chornet

En recuerdo de Ximo Briz

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