Los peores augurios tras la tromba de granizo que el martes por la tarde descargó sobre El Marquesat y Carlet empezaron a confirmarse ayer. «La fruta está hecha polvo en todo el término», se lamentaba Vicente Salom, concejal de Agricultura de Catadau, la zona más afectada por el pedrisco. Una estimación provisional de la cooperativa cifra entre un 70 y un 80% la merma que sufrirá la cosecha de melocotón y nectarina, explicó el presidente de la entidad, José Barberá. Todo el término municipal de Catadau se vio afectado por el pedrisco, incidió Salom, que advirtió de que si bien sus efectos son ahora más visibles en la fruta de verano, también los caquis y los cítricos se han podido ver afectados. El portavoz de la Unió de Llauradors en la Ribera, Llorenç Capsí, alertó ayer de que «no hay que menospreciar el daño en la naranja» aunque parezca que ahora sea menor y recordó que el 1 de mayo del año 2000 granizó en El Marquesat y en el momento de la cosecha el seguro peritó un 55% de daños en las variedades más tempranas. Capsí consideró precipitado realizar una evaluación de daños apenas 24 horas después de la tormenta de pedrisco, pero no dudó en señalar que afectó a una amplia superficie en la que incluyó la partida de la Font del Garrofer de Guasassuar, parte de los términos de Benimodo y Carlet y, principalmente, Catadau, Llombai y Alfarp. Tanto el representante de la Unió como los presidentes de algunas cooperativas señalaron como una de las principales consecuencias de esta granizada la pérdida de jornales tanto en el proceso de recolección como en los almacenes.
El presidente de la cooperativa de Llombai, Pepe Lloret, comentó que hay un par de zonas en el término en la que se perderá íntegramente la cosecha ya que, según señaló, el grado de afección es similar al de Catadau mientras que en el resto del término el pedrisco ha «marcado» el melocotón y habrá que esperar para realizar una valoración más precisa.  P. F.  Leer noticia completa en Levante-EMV