Los diversos cambios legales en materia energética están provocando no solamente el enfado de quienes invirtieron en las renovables sino también que muchas infraestructuras construidas al albur de la burbuja generada en ese sector estén quedando prácticamente inutilizadas. Un claro ejemplo de ello en la comarca se encuentra en Albalat de la Ribera, donde el ayuntamiento tiene parada una central solar fotovoltaica desde el año 2010 al no poderla conectar a la red de distribución eléctrica como consecuencia de las modificaciones legislativas impulsadas por el Gobierno de Mariano Rajoy. La instalación fue financiada a cargo del Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad dentro del segundo Plan E, impulsado por el ejecutivo socialista de José Luis Rodríguez Zapatero en 2009. Aquella iniciativa se marcó como objetivo dinamizar a corto plazo la ya entonces maltrecha actividad económica del país y, al mismo tiempo, favorecer inversiones que contribuyeran a la sostenibilidad social y ambiental. En el marco de ese programa, el consistorio albalatense recibió un total de 382.808 euros, de los cuales 79.233 se dedicaron a la construcción de la citada central, mientras que el resto se invirtió en el nuevo Centro de Día.
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